Educación Emocional

A pesar de que actualmente sabemos que nuestro cerebro es plástico y somos capaces de aprender y desaprender continuamente siendo adultos, los niños poseen una capacidad de plasticidad neuronal óptima durante sus tres primeros años de vida debido a la cantidad de interconexiones neuronales que se llevan acabo en ese período, por lo cual es un momento exponencial para enraizar las bases de una autentica inteligencia emocional.  Al asumir un rol tan significativo como es el de acompañar en los procesos de aprendizajes a los niños, tenemos el firme compromiso de trabajar nuestro mundo emocional para ser capaces de acompañarlos a ellos, en el reconocimiento, expresión y canalización de sus emociones, desde la calma, el respeto y la aceptación de las mismas, tomando cada una de ellas para potenciar la resiliencia, la empatía y el amor propio en los niños.  

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